Ecuador se enfrenta a un grave obstáculo para su desarrollo económico: el exceso de regulaciones y la tramitología innecesaria. Ricardo Freire, abogado especializado en mejoras regulatorias, ha señalado repetidamente cómo la sobre-regulación en el país no solo dificulta la inversión, sino que también eleva los costos de producción y empuja a más ciudadanos a la informalidad. En una entrevista reciente, Freire detalló cómo los errores de la gestión pública están afectando el crecimiento económico de Ecuador.
Según Freire, uno de los problemas más graves es que las instituciones públicas en Ecuador se enfocan en emitir más regulaciones cada año, sin preocuparse por su efectividad o por las consecuencias que estas puedan tener en el mercado. En lugar de mejorar la calidad de los productos y servicios, las regulaciones innecesarias distorsionan los mercados, generan barreras para los nuevos emprendedores y elevan los costos de operación para las empresas existentes. "Lo que estamos haciendo es establecer un círculo vicioso", señala Freire. Las regulaciones no logran resolver los problemas económicos del país, sino que los empeoran.
El abogado también destaca que el exceso de regulaciones abre la puerta a la corrupción. Entre más requisitos y trámites haya, más oportunidades existen para que los funcionarios públicos ejerzan discrecionalidad, lo que a menudo lleva a la falta de transparencia y a prácticas corruptas. "Lo que le hace falta al país es institucionalidad, transparencia y cumplimiento de las leyes que ya existen", añade Freire. El experto subraya que lo que Ecuador necesita no son más regulaciones, sino una reforma en la manera en que el Estado regula la economía.
Uno de los ejemplos más claros de la mala regulación en Ecuador es el precio del maíz. Freire critica que el gobierno establezca un precio sin tener información actualizada sobre los productores, los intermediarios o la cantidad de maíz disponible en el mercado. En lugar de regular precios sin fundamento, el Estado debería incentivar la producción y fomentar la competencia. Si se implementaran políticas más efectivas y menos restrictivas, Ecuador podría reducir la informalidad y aumentar la productividad en sectores clave como la agricultura.
Además, el exceso de trámites administrativos es otro factor que ahoga a la economía ecuatoriana. A pesar de que en 2018 se aprobó la Ley Orgánica para la Optimización y Eficiencia de Trámites Administrativos, Freire señala que esta ley no se está aplicando correctamente. La falta de recursos y la capacitación deficiente de los funcionarios públicos impiden que los trámites se simplifiquen. En muchos casos, aún se requiere documentación física que el Estado ya tiene en su base de datos, lo que genera innecesarias complicaciones y aumenta los costos para los ciudadanos y las empresas.
El experto también menciona que las políticas públicas no siempre están alineadas con la realidad del país. Por ejemplo, la regulación del sector de telecomunicaciones, donde las condiciones para acceder a una licencia son tan restrictivas que impiden la competencia. Las regulaciones deben ser justificadas y basadas en datos reales para no perjudicar el crecimiento de nuevas empresas y emprendedores. En lugar de ser un obstáculo, el Estado debe actuar como un facilitador del desarrollo económico, creando un ambiente propicio para la competencia y la innovación.
Freire concluye que la solución a este círculo vicioso de regulaciones innecesarias y trámites excesivos pasa por un cambio profundo en la manera en que el Estado gestiona la economía. Se necesita una revisión exhaustiva de las regulaciones existentes, la eliminación de barreras innecesarias y la promoción de una cultura de transparencia y eficiencia. Solo así Ecuador podrá superar los obstáculos que están frenando su desarrollo y avanzar hacia una economía más competitiva y sostenible.
En resumen, los errores en la gestión pública, como la sobre-regulación y la tramitología innecesaria, están asfixiando la economía de Ecuador. Es crucial que el Estado se enfoque en eliminar las barreras que impiden el desarrollo y se comprometa con una regulación que sea efectiva y justa. Si se corrigen estos errores, el país podría experimentar un crecimiento económico sostenido y una mejora en la calidad de vida de sus ciudadanos.
Dragan Bukovički
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