En días pasados tuve el honor de recibir el obsequio de un Plazarte, de las propias manos de una de las herederas de la Cultura Montubia y sus tradiciones, mi buena amiga Doña Ninfa Burgos Franco. Acción y obsequio que refresca en mí la unción de seguir luchando por nuestra cultura.
Ese mismo día pude conversar amablemente con otros miembros de su familia Burgos Franco y con el equipo de rodeo de la Hacienda Pijío, los caballeros de negro, conocidos así por el color de sus uniformes.
Cuenca baja del Guayas
Días después, mañaneando, salí de la ciudad de Guayaquil, rumbo a lo profundo de la Cuenca baja del Guayas; el río Daule está de bote a bote, canoítas montubias ensayan sus primeros lances para proveerse del alimento que la suerte les depare; algunas de ellas transportan delgadas racimas de plátano verde dominico para intercambiar con otros pescadores.
Minutos después, el panorama se vuelve verde en diferentes tonalidades, cultivos de arroz en sus diferentes etapas dan colorido al viaje, el campo salpicado también por diferentes especies arbóreas que llaman la atención por su forma y floración; huertas de cacao dividen lotes y demarcan predios; pequeños hatos de ganado pastan panca seca de arroz.
Aporte montubio a la economía, política y cultura
Hay mucho que decir del aporte del Pueblo Montubio al desarrollo del país, desde las guerras de independencia, montoneras revolucionarias alfaristas, sino también como gestor del desarrollo económico, como eje humano de los llamados "boom" en diferentes épocas: cacao (entre 1880 y 1920) producto que estimuló el comercio y la banca, banano (1950 y 1965), y los más recientes como camarón, mango y otros, convirtiéndose el montubio en el ente que ha sostenido y sostiene la economía agroexportadora de la costa del Ecuador.
Visita a Hacienda Pijío
El viaje por la Cuenca baja me lleva a mi objetivo, volver a recorrer partes de la icónica Hacienda Pijío para recordar su interesante historia, la evolución en el tiempo de sus actividades agropecuarias, su aporte a la cultura, gastronomía y, sobre todo, nutrirme de la sincera amistad de la familia Burgos, propietarios de esta tradicional hacienda litoralense.
Me recibe íngrima la casona de hacienda, enclavada sobre una rara colina que es en realidad una tola, construida allí para mejor visión, mayor frescura y sobre todo para evadir las inundaciones de los fuertes inviernos ecuatoriales, que anteriormente eran desde los meses de diciembre hasta abril.
La fragancia de la boñiga en los corrales, el mugir lejano del ganado en los potreros, el balar de borregos, el relinchar de caballos, la suave brisa bajo un samán y un coso rústico tradicional, fabricado con materiales vernáculos como: caña guadua, madera, clavos, alambre, me asienta que estoy en el centro del agro costeño.
La transmisión oral muestra que su primer propietario Don Buenaventura Burgos, bautizó esta propiedad con el nombre de Pijío por el árbol que lleva este nombre y que prospera en zonas de Bosque seco; madera con la cual era tradicional la construcción de canoas y bateas. En tiempos de Don Buenaventura, la hacienda fue netamente ganadera y cacaotera, buenas épocas para el comercio de carne, leche y derivados; además, años del boom cacaotero.
Don Agustín Burgos Cerro (hijo de Don Buenaventura) expandió los linderos adquiriendo lotes para extender potreros e incursionar en la siembra de banano, cuando el Ecuador en sus primeros años se volvía exportador de esta fruta. En la hacienda se encantaban las racimas, se embarcaban en su muelle propio llamado Puerto Pijío, se transportaban hasta Victoria del Monte, para ser reembarcadas hasta Guayaquil y de allí al extranjero.
Don José Burgos Zapatier (hijo de Don Agustín) sostiene las operaciones agrícolas de Pijío, realiza mejoramiento genético de ganadería bovina y caballar. Además, hace un muy importante aporte a la cultura montubia al retomar con fuerza la organización del Rodeo Montubio.
José Burgos Zapatier, patriarca del Rodeo Montubio
En el año 1962 Don José Burgos Zapatier organiza un importante rodeo montubio, en la población de General Vernaza, en el coso construido con materiales tradicionales (caña guadúa, madera, clavos, alambre); se construyó de 12 gradas, donde ingresaron aproximadamente 3.000 personas; desde allí Don José Burgos realizó ininterrumpidamente esta actividad cultural.
El rodeo montubio en General Vernaza, organizado por Don José Burgos Zapatier, fue ganando auge; en el año 1964 el folclorista e investigador Rodrigo de Triana, en su columna de Diario El Universo, expresa que no menos de 10.000 personas asistieron ese año al rodeo montubio.
LEGADO DE JOSÉ BURGOS ZAPATIER
El día de mi reciente visita a Pijío, pude constatar el desarrollo, la nueva visión de trabajo, el mejoramiento de los espacios e infraestructuras, sin dejar lo tradicional.
Luego sentados a la mesa, todos con Plazarte en mano, luego de degustar de la gastronomía montubia, el afamado seco de pato preparado por las ágiles manos de Doña Herlinda Burgos; la sobremesa la realizamos con aguardiente de caña macerado con semillas de Guasmo.
Don José Burgos nos cuenta sus experiencias como vaquero de rodeo invitado a México como representante del Ecuador; nos muestra orgulloso sus finos caballos de paso y su ganadería de búfalos, Don Edgar (mellizo) Burgos. Rodeados por miembros mucho más jóvenes de la familia, quienes solo escuchan y serán futuros promotores de la cultura, líderes agropecuarios, empresarios agrícolas, solo el tiempo lo dirá. Lo cierto es que todos los miembros de la familia Burgos guardan profundo respeto y gran recuerdo de Don José Burgos Zapatier, el amor por el rodeo y el interés por la cultura.
Todos los ecuatorianos deberíamos estudiar nuestra historia in situ, lugares como Pijío nos dan no solo lecciones de economía agrícola, de cultura, política, sino también ejemplos de vida, de lucha, de trabajo y de respeto por la Cultura Montubia.
Pronto regresaré a Pijío, a montar finos ejemplares, hablar de los cultivos, conversar animadamente, reír mucho, contar anécdotas, bromear; es decir, hacer lo que nos gusta a los montubios.
Escrito por: PEDRO PABLO JIJÓN OCHOA
Diciembre 2024.
EXELENTE ARTICULO DON PEXRO
ResponderEliminarMuchas gracias y muy amable por darle un poco de su valioso tiempo al pueblo montuvio muchas bendiciones don Pablo
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